miércoles, 28 de septiembre de 2011

LOS MANUSCRITOS DEL MAR MUERTO ENTRAN EN LA ERA DIGITAL

     Las nuevas tecnologías y sobre todo Internet nos tienen acostumbrados desde hace años a regalarnos nuevas herramientas que prometen –aunque a veces da la impresión de no ser verdad- hacernos la vida más fácil y cómoda. Desde luego para un estudiante, un investigador o hasta un curioso, es muy agradecido poder consultar publicaciones o bases de datos sin salir de casa. La “comodidad” que nos brindan nuestras casas se suma al ahorro de tiempo que supone no tener que desplazarse a una biblioteca o archivo, si bien eso no significa que esas visitas sean malas. Todo aquel que se dedica a investigar de forma seria sabe que pasar horas en bibliotecas, archivos, museos y lugares donde se custodie el conocimiento sigue siendo necesario. Algunos dirían que hasta tiene su lado bueno ya que así el estudioso se “curte” y aprende lo que es la búsqueda in situ de la información. Opiniones aparte, lo cierto es que no siempre se puede acceder a lo que se busca, bien por lejanía –lo que se busca está en otra ciudad o país-, bien por restricciones de otro tipo –información clasificada, bases de datos privadas, etc.-. Es por esto por lo que la noticia, en teoría, debería ser tan celebrada.

     El Museo de Israel, a través de su departamento de Antigüedades, ha comenzado a publicar una serie de documentos digitalizados pertenecientes a los famosos “Manuscritos del Mar Muerto”. Para los que no sepan mucho sobre ellos se trata de una serie de pergaminos y algunos papiros hallados en diferentes puntos de la costa oeste del Mar Muerto. Los primeros ejemplares fueron localizados de forma casual en 1947 en una cueva cerca de Khirbet Qmram y al ser examinados por especialistas de la Universidad Hebrea provocaron un enorme interés. Desde ese momento comenzaron los trabajos de campo a lo largo del área para encontrar más restos, dando sus frutos muy pronto. Entre 1949 y 1956 cientos de fragmentos acabaron saliendo a la luz, lo que enriqueció de forma espectacular la colección. ¿Y qué contenían estos documentos?, ¿qué les hacía tan especiales?

     Los pergaminos, escritos en hebreo antiguo, arameo y griego, están datados entre los siglos III y I a. C., habiendo sido escritos durante las dominaciones helenística y romana de la zona. Alejandro Magno conquistó estos territorios que pertenecían al gran Imperio Persa y a su muerte la zona quedó bajo la autoridad de Seleuco (305-280 a. C.) y sus descendientes. Los romanos, ya desde tiempos de Pompeyo, enseñorearon sus armas por la región y en los días finales de Nerón (54-68 a. C.) emprendieron una durísima represión ante las protestas y revueltas judías que vieron un ultraje en la confiscación de parte del tesoro del Templo de Jerusalén y del mandato de sacrificar a Jehová en nombre del emperador. Las escasas fuerzas romanas de la región hicieron necesaria la intervención de contingentes de Siria y de otros puntos del imperio comandados por Flavio Vespasiano primero y su hijo Tito después, terminando el alzamiento en el año 70 d. C.

     Su importancia radica en varios puntos de gran interés para la religión judía y la Historia Antigua. Para empezar se trata de los testimonios más antiguos conservados de la tradición judía en soporte “blando”, comprendiendo casi 200 libros sagrados y apócrifos, si bien solamente ocho de los manuscritos están completos. Además, existen restos de comentarios de los textos, quizá de una secta –término que aquí debe despojarse de todo sentido peyorativo-, la de los esenios, que ilustran su pensamiento e interpretación de las escrituras inspiradas por Yahvé y también de las apócrifas.

     El Museo de Israel, sabiendo el potencial de estos documentos, inició hace años el llamado Dead Sea Scrolls Digital Project, que persigue acercar esta información al investigador. Desde la página web http://dss.collections.imj.org.il/ se puede acceder, de forma libre y gratuita, a una base de datos que incluye, de momento, cinco de los más de 900 manuscritos que forman la colección. Sin embargo el proyecto sigue adelante y sus organizadores creen poder tenerlos todos digitalizados y publicados para 2016. Con la colaboración de Google los llamados Libro de Isaías, el Pergamino del Templo, el de la Guerra y dos más pueden leerse gracias a un sistema de alta resolución que posibilita la apreciación de detalles en el soporte y la grafía, algo fundamental para la Paleografía. Con las cámaras y dispositivos estadounidenses empleados y la ayuda de técnicos de la NASA, será posible la identificación de cualquier anomalía física y la lectura de los pasajes más oscuros por su caligrafía o el estado de conservación. Con las imágenes de los documentos se incluyen traducciones al inglés, además de explicaciones y algunos vídeos que intentarán facilitar las cosas a los investigadores. Manuscritos del Mar Muerto: les presento a Internet. Que la relación sea larga y fructífera y nosotros lo disfrutemos.

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